domingo, 26 de febrero de 2012

01:11 hora de la muerte. Lluvia

Comenzó a llover, miraba él por la ventana de la cafeteria, la cual repentinamente, se habia llenado de gente que se resguardaba de la lluvia, miro su cafe, pensativo, no podia creer que su amada hubiera muerto hace algunas horas, apenas habian compartido diez años juntos y murio, murio tratando de parir a un hijo, un niño muerto del cual nadie se encargaria, no podia creerlo simplemente, como alguien podria estar tan desgraciado, miro a la gente de la entrada que aseaba sus abrigos y sacudia sus sombreros, habian tres hombres y entre ellos una mujer, que parecia explotaria en lagrimas en cualquier instante, no miró, solamente se limito a voltear la mirada, se sentia egoista y pensaba -¿como es que se le ocurre llorar en un momento asi? solo es un poco de lluvia, ella cree que tiene problemas, tal vez solo no consiguio llegar a su cita-, miraba su reflejo en el café, que ya no tenia ni una burbuja por encima y estaba frio, y miro su rostro, solo tenia treinta y cuatro años, pero sentia que habia envejecido demaciado en poco tiempo, el mismo se miro irritado, como si le enojara verse asi.
-Solo necesitas descanzar- se dijo a si mismo en voz baja, solto una leve sonrisa por la comisura izquierda de su boca (era su preferida) -si, solo descanzar un poco.
Tomo su abrigo de la silla de un lado, que estaba colgado en el respaldo, dejo un billete de cincuenta y se fue sin más. habia estacionado su automovil a unas cuadras de la cafeteria y aun seguia lloviendo a cantaros, no le gustaba mojar los asientos de su auto, pero no habia otra opcion, si queria escapar a casa. Corrio hasta su auto cubriendose con su abrigo, abrio la puerta, se quito el abrigo y lo tiro al asiento trasero, entonces arranco, su auto era un golf del 2003 que aun funcionaba bien excepto por la caja de cambios que algunas veces se trababa, en su tablero, tenia una foto de el y su esposa Martha y colgando del retovisor un pequeño oso de peluche, que le encantaba a su esposa, le tomo la melancolia un poco, pero no lo distrajo del camino hasta llegar a casa.
Al fin habia llegado, estaciono su auto cerca del porche y se dirigio a la puerta, a lo lejos se escucho un trueno el cual le exaltó y le hizo soltar las llaves, las volvio a tomar del suelo y miró, la puerta estaba abierta, y las luces apagadas, regreso al auto y abrio la cajuela, ahi siempre guardaba una Glok 17, entró a casa apuntando y lo ultimo que sintio fue un porrazo que le dejo inconciente.
Desperto con un olor que le comenzo a agradar, alguien estaba cocinando, movia la cabeza buscando donde quedaba ese olor, una voz comenso a hablar, se escuchaba distante, la luz de la cocina estaba prendida y sentia su cuerpo mas caliente de lo normal.
-La carne es mas facil de quitar cuando esta cocida- solto una risilla - y los huesos quedan intactos, aunque un poco gastados, ¿no te encanta esa idea?-
-Si- aun estaba desorientado -me gusta... como... huele- comenzo a sentir un leve calambre por el brazo y hizo un gesto de dolor, intento moverlo, pero no pudo.
-Ahora estas muy sedado como para moverte o sentir algo-aquella persona que le acompañaba se levantó y se hacerco a el- no te preocupes que acabare pronto- sacó una navaja y como habia dicho comenzo a quitarle la carne de su mano derecha.
Habia comenzado a distinguir su voz, la habia escuchado hoy en la cafeteria, pero... ¿quien?
El sujeto fue la la cocina un vez habia terminado de quitarle la carne de su mano y regreso con una olla, la tomaba con mucho cuidado, lo miro y dijo -valla que tienes problemas- y le tiró aceite hirviendo encima de la cabeza, el no sentia nada, y asi murió, con la cara achicharrada.
El extraño salio apagando todas las luces y dejando asegurada la puerta.
El reloj marcaba la 01:11 am, hora de la muerte.

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